lunes, 2 de diciembre de 2013

Dime, alma mía, ¿Cuándo dejé de creer en ti?



¿Te acuerdas alma mía de cuando éramos niños?

¿Cuando jugábamos para divertirnos?

Cuando éramos esferas, indivisibles... cuando éramos hélices y tú improvisabas un río con una bufanda y yo una montaña con un zapato.


¿Recuerdas? te pregunto amiga mía ¿ Lo recuerdas?

Antes de que existiese el espejo que te dice si eso esta bien o si esta mal; antes... mucho antes de que existiesen los "me gusta", antes de que esta esfera multicolor dictase los pasos de tu corazón alado, antes de que el imperio nos envenenase con sus recompensas y caminos... Antes, mucho antes de que fuese "un click" el que nos animase a caminar.

¿Recuerdas cuando jugar era transgredir la realidad?
¿Y cuando jugar era poder sentir lo distinto y nada más?

Cuando lo divertido era lo que no veían los otros. Cuando jugar era un rincón comprometido entre tú y yo, un espacio de intimidad articulada por nuestra creatividad inocente, cuando lo eterno era lo que carecía de espejo y reloj, cuando felicidad era nuestro rostro rebosando plenitud tras ese hermoso viaje.

¿Recuerdas? cuando lo almático era convertirse en el juguete, en imposible y transformar...Sin pensar en que al observador también nuestras quijotadas le tenían que agradar.

¿Recuerdas? Alma mia ¿Lo recuerdas?

Cuando recorríamos las horas montados en un pájaro infantil, cuando no precisábamos palabras para nombrar nuestros saltos, y cualquier punto se convertía en pretexto aladopajaril y así hervía la aladuría como magia entre los minutos burlones.

Y ahora, estamos tu yo, frente a este espejo... voraz, almívoro*, viejo, febril y tembloroso y nos dice que jugar es agradar la vista del otro, que nos invita a mostrar lo que nosotros creemos que precisa aquel que observa tras este plasma multicolor.

Y este veneno se me coló en la vértebra, la piel, la médula y ya no jugamos sino es para que nos digan si esta bien o si esta mal.

Si nuestro retazo gusta,
si nuestra emergencia suscita eco,
si nuestro aleteo promueve un gesto de aprobación...

¿Dónde has quedado alma mía?
¿Qué látigo cerró tu abrir?
¿Qué palabra necesitas para volver a sentir que caminar es delirio?


Dime, alma mía, ¿Cuándo dejé de creer en ti?

_____

*almívoro: (sic) que se alimenta del alma.

domingo, 8 de septiembre de 2013

Nos enseñaron a perseguir el éxito



Nos enseñaron a tener éxito, a perseguirlo, a domarlo... Pero no nos enseñaron a compartirlo, a disfrutarlo...

Nos enseñaron a perseguir.

Y en esas andamos, fijos, inmutables, con la mirada atenta a que suceda todo aquello. Ajenos a lo que vibra cercano. Y así vivimos, persiguiendo al éxito... Como si su naturaleza fuera esquiva, como si el corazón de tal empresa, estuviese hecho del material impalpable del que están hechas las nubes.

Inalcanzable, corriendo cada vez más rápido, alargando cada vez más las manos, sin importar si hay un corazón latiendo detrás. Velocistas, sin importar la voracidad de nuestras zancadas, ni la huella que en camino se va dibujando.

Nos enseñaron perseguir el éxito. Como si su naturaleza fuese esquiva. Como si tal hazaña fuese similar a la de coger aire con las manos. Y nosotros, hambrientos como un lobo previo al ataque de su presa, miramos la semilla y cantamos en imperativo “¡Crece! ¡Crece, maldita semilla! ¡Crece ya!

Pero no es lo mismo crecer que hacerse grande.

Crecer es bailar, una danza sincrónica, la historia de amor entre un punto que se hizo estrella.
Crecer es sentir que el mundo te abraza, te acoge. Crecer es ser capaz de dar. crece es di-vertirse.

Y engrandecerse, es sólo una apariencia, una infantil manera del decirse presente, convencerse absoluto. Pero sólo eso. Una mueca desfigurada y gorda que presume ser lo que no es, y que lo hace quizás: Para dejar de oír los gritos hirientes de su amo.

Y en eso andamos, a la orilla de la vida, mirando su tez cristalina, la del agua que transita como un manto, cuya belleza nada parece contarnos. Nosotros atentos, buscando en su fondo algún secreto, sin tomar consciencia sobre el firmamento azul y bello, que se va dibujando a paso.

El río, la vida... solo parece tener sentido si lanzamos un anzuelo y de con él algo sacamos.

Porque nos enseñaron a perseguir el éxito, a buscarlo. Y en eso nos pasamos la vida: buscándolo, buscándolo...

Como quien busca en su cabeza al amor de su vida mientras mil bocas brillan a su vera, como el relojero que mecánico devuelve vida a los relojes olvidando que un día fueron la pulsión de su carrera.

Pero cada vez que lanzamos un anzuelo a ese río

un amigo se desvanece,

hay una semilla que no crece

por miedo a morirse de frío




cada vez que lanzamos un anzuelo a ese río

un amanecer pierde su trazo

un hijo llora un abrazo

un amor queda vacío




cada vez que lanzamos un anzuelo a ese río

los ojos se hacen más pequeños

pues solo buscan allá en lo lejos

caminos que le llenen de gloria




y vive al final siempre buscando

siempre el anhelo en su rutina

siempre el quijote soñando




y quizás comprenda algún día

que la flor de la vida

no se grita, ni se obliga

no se busca, ni se descuida




pues el mayor éxito en la vida

que dejar de buscarlo.

Los poetas no aman

Los poetas no aman
no sabemos amar

El poeta ama la idea
no a la persona

y cuando la encuentra
siente su carne, su presencia
su imperfecta realidad 

y se desvanece

domingo, 18 de agosto de 2013

No pidas un "te quiero"



No pidas un te quiero. 

Pedirlo es adueñarse del amor
Es sentir propio el aleteo ajeno
Es traficar con un placebo que calma sed
pero no alumbra


Es creer que la palabra llena
es no confiar en los retazos
Pues para sentir hogar en un abrazo
no hace falta propiedad alguna


No pidas un "te quiero"
no necesites ser querido
no pidas en el otro un nido
sólo para sentirte entero.


No pidas un te quiero
no le pidas parcela al mundo
no quieras ser libre y pidas rumbo
no hagas de esas dos palabras tu centro.


Pues cuando uno precisa un "te quiero"
siente que algo le falta
siente incompleta el alma
y busca solo para quedarse dormido.


Pide ser amado
formar parte, ser plural
ser del mundo y transformar
posesión en delirio.


Pide "ser amado"
huye de lo indicativo
busca amor infinitivo


Sentir amor es no explicarlo.

lunes, 12 de agosto de 2013

No niegues si quieres puertas abiertas



Decálogo de un alma abierta: 


No llores, si llorar es empequeñecer tus pasos

No grites, si al gritar solicitas premura en lo que acontence

No bailes, si mides más la postura que la emoción surgida

No escribas para postergarte

No ames en imperativo

No busques, si encontrando mueres

No ames con la cabeza


No pienses con el corazón

No te evalúes con ojos ajenos

No ames por miedo a la soledad

No caigas en el redil del creer que decir es comprender

No te creas nada que no te permita cambiar de opinión

No fingas para contentar

No pertenezcas por identidad



No niegues si quieres puertas abiertas

martes, 2 de julio de 2013

Indicaciones para un hombre confuso




Esta canción la compongo el día que decido dejar de lado el darle vueltas a la solución. El mirar las cosas muertas. El sentirme atrapado en mis respuestas y quedarme ahí.

Así era como me sentía, todos los días visitando un despacho (mi propio maestro interior), una urdimbre de costumbres y respuestas anquilosadas. 

Era momento de dejar de pensar la respuesta y ser la respuesta.



















Indicaciones para un hombre confuso
Este es el último día que regreso a tu despacho
Este es el último día que infravaloro mi corazón
Este es el último día que pienso que la vida no es un regalo
ya llegó el momento de pensar que mañana habrá otra canción

Este es el último día que repaso mis edades
ya se que la vida se distingue por el tono y por la voz
ya se que tenemos rincones donde nunca hubo nadie
ya se que que aunque encontré la llave, quien tiene que girar soy yo


Salta no tengas miedo del cambio
de la gravedad de lo alto
de darle sitio a otra canción
Salta no tengas miedo del abismo
que los miedos son solo espejismos
que el primer paso es soltar la indecisión


Si caminas por la calle no te quedes con lo andado
si ves un muro no pienses que lo han puesto para quitarte el sol
si una chica te sonríe siéntete afortunado y desaprende tus candados y deja que entre su canción


Si unos labios te transcurren y sólo piensas en el daño
quizás estas midiendo su boca con lo que otra te dejó
quizás no hay mayor fortaleza que entregar lo vulnerable
ya se que aunque encontré la llave
quien tiene que girar soy yo.


Salta no tengas miedo del cambio
de la gravedad de lo alto
de darle sitio a otra canción

Salta no tengas miedo del abismo
que los miedos son solo espejismos
que el primer paso es soltar la indecisión

miércoles, 26 de junio de 2013

Agarro tu boca y la llevo mía


El orgasmo es una vértebra que con su eléctrico labio transcurre el cuerpo entero, lo desmonta, lo rompe... se retuerce como el árbol nuestro del monasterio aquél donde jugamos a poner caras simpaticonas y congelar lienzos a su vez congelados en portables móviles... el orgasmo es una serpiente llena de luz de parece explotar el centro mismo del alma como queriéndola llevar al infinito, como haciéndola hermanadora del bien y el mal, de la orilla y el océano...

Lo siento en su comienzo en la boca, luego cede su hegemonía al vientre, donde se expande generosamente hasta el hueso que habita bajo la nuca, es entonces donde empieza a rotar el motor y las vibraciones me devuelven la memoria de todas las edades, de todas mis células, vuelvo al árbol, a la piedra, al hombre renacentista y al cristiano comendador... condensada la energía sigo en mi lucha contra la gravedad, el llamamiento del suelo y su descanso... mis dedos aprietan fuertemente la materia de la que mi alma se alimenta, mis oídos resumen el gemir de un cuerpo, unos labios, unos pechos que sudan,,, unos ojos que pierden su órbita hacia un planeta cercano al mío... acerco mi boca a tu nuca, la quiero morder, quiero gritarla y decirla que va estallar dentro de mi vientre, debajo de mi ombligo, entre mis dedos...

El sabor de los cuerpos es inconfundible, en su subir como hélices saben al material del que está hecha la primera materia, son bordes salinos que se desdibujan, que empiezan a perder su cabezonería limítrofe y el cuerpo, todo él, quiere irse con el orgasmo y anuncia, al cuerpo otro, su pérdida de orilla, su ansia de océano...

Y el vientre húmedo en su punta lleva un carnaval de espuma al hipotálamo, donde las células hace ya tiempo que perdieron su métrico tictaqueo, su orden primera; ya no hay más clasismos, los pulmones cedieron paso al bronquio, los riñones son dos vesiculas que sueltan despavoridas su jugo al resto de los órganos, el corazón se lleva al punto de su muerte, haciéndome recordar que es ahí donde todo nace y todo acaba y en su tumbeteo del danza cósmica olvido el cerebro, quien parece tener la única función de coordinar la máquina gelatinosa que a punto esta de dar a luz...


Apenas dura el frenesí más de 30 segundos, entonces la consciencia queda positivada en la retina de por vida, y están tus piernas recibiendo a las mías, nuestros cuerpos tensos, animales, tu boca abierta como queriendo devorar entero, un espejo donde la panorámica de tu espalda me ofrece una tercera dimensión donde poder abrazarte por detrás.. me viene una luz roja, que me abriga entero,, y me derramo dentro de tí, ofreciéndose la espuma prima, la materia fecunda de todo lo que somos, nuestros orígenes se funden en apenas unos centrímetros de cavidad, nuestro jugo se entrelaza y en ese lazo quedamos tu y yo, rotos, unidos, siendo un solo sentido, una sola materia que descansa la una sobre la otra sabiendo, calladas, que acaban de tocar al cielo, que acaban de bañarse en el centro mismo del océano estelar que cubre todo, desde las mareas, hasta la entraña... y solo hay silencio, y el ruido vertiginoso de dos cuerpos a punto de colapsar, los corazones terminan juntos por bailar en un mismos compás...

Agarro tu boca y la llevo a la mía, ya mis vértebras se deselectrificaron, mis manos su hicieron parte de la cadera tuya, mi olfato no reconoce lo cierto de lo borroso, mis ojos son una cadena de fotogramas eróticos que se confunden en un punto blanco de la placer..

Agarro tu boca y la llevo mía, absorbo tu aliento, la comisura de tu boca, estrecho fuertemente tu espalda como queriendo sacar afuera el resto del órganos de la mujer sirena..

Agarro de nuevo tu boca y la llevo mía... cierro los ojos


... mis músculos no quieren luchar más contra la gravedad, te abrazo, me deshago y duermo

Biografía de un orgasmo

martes, 25 de junio de 2013

Pensar es enfermar de futuro



... y pasa que el cuerpo nos avisa. Nos dice en su lenguaje de manta austral el oleaje propio de las partículas que se desestabilizan. Un leve pulso entre el presente y el futuro, la frontera palpita y queda la piel y los músculos como testigos únicos del torbellino emocional.

Y somos tan ancianos en realidad que enseguida buscamos una causa a nuestro sentir, "nuestra enfermedad es la de querer explicar" decía Wittgerstein; son tan pocas las cosas que merecen ser atadas, tan impropio de los niños, de su juego... ahí estamos los adultos ciegos y temerosos, tan perdidos en el mar de amor, de la vida; que si sube la marea pedimos factura a la luna, si desaparece el sol obligamos al reloj a cambiar de día y somos incapaces de tumbarnos boca arriba en el océano y aspirar suave la fragilidad eterna del presente.

Y el presente es eso, un abandono panza arriba en la matriz celular de la savia del mar, un niño asombrado por el lenguaje de los árboles.. siempre nos arremetará el mismo oleaje, nos podrá el miedo, la desconfianza de maremotos anteriores.. tan simple y al vez tan complejo..

La inocecia es la que nos hace buscar primero el todo y luego las partes, primero el tejado y más tarde el hogar.. y pensar, pensar, pensar, interpretar.. y así existir

Y nuestros ojos enferman de tanto pensar, porque pensar en enfermar de futuro...


Es enfermar donde habita la nada..

Y siguen nuestros ojos en su odisea de querer juzgarlo todo... de querer ver pasar una río como algo estático, de ver pasar una paloma y reducirla dentro de una poesía.. ver una boca y querer hacerla suya..

Nuestros ojos cuya única misión es la de observar...

agarran..

y entonces enferman..

y no se puede pensar una rosa

Porque pensar es enfermar de futuro

La rosa es roja
huele hermoso
tiene pétalos suaves
y su cuerpo esta protegido con espinas
...

Y pasa que el cuerpo nos avisa,

nos dice en su lenguaje que somos más la intención que el mensaje,que somos más el susurro que la palabra
que somos más la trama que el desenlace


Y pasa que nuestro cuerpo nos avisa
pero no le damos tiempo suficiente
porque siempre hay que explicar
dar cuenta ante el juez

darle a todo un sitio
una explicación
...

y siempre nos pasará igual..

No se puede pensar una rosa
sólo podemos olerla

sentirla, tocarla
y poco más

Porque pensarla es robarle su presente
Porque pensarla es enfermarla de futuro



domingo, 23 de junio de 2013

De donde yo vengo



De donde yo vengo
hay aromas que curan heridas
y no hacen falta éxitos ni mentiras
para saber que todo nace y vive en las manos


De donde yo vengo
la luna es la única envidia
porque guarda noche y día
el latir del corazón humano

y cuánto más camino, pienso: Más me voy alejando

De donde yo vengo
no hay mejor doctor que la luz del día
ni mejor medicina
que una tarde al sol con hermanos

De donde y voy saliendo
los árboles pintan rojas las alfombras
para darle fiesta a los pájaros
y la penas duermen solas porque todo son abrazos


y cuanto más camino, pienso: Más me voy alejando

Y yo supongo que será la anochecida
la que hace que uno cante arriba
como busándole sentido al salto
y debe ser miedo y así lo canto
que ni hechándome esta manta encima
logro calmar el frio del campo




sábado, 22 de junio de 2013

Optimismo

Optimismo es un señor que viaja sin ropa
Optimismo es la razón por la que no se descuelgan las estrellas
Optimismo ríe y no lleva sombrero
Optimismo es vivir desde el ensayo,
Optimismo dice que la caída es el comienzo de otro viaje
Optimismo es reducirse a cero y dividirse entre dos y aún así, querer dar algo

Optimismo es quebrar la espalda
Optimismo es querer decirlo todo y al mismo tiempo no decir nada
Optimismo ve en el abandono un crecimiento, en el llanto una esperanza
Optimismo en una ruptura ve un nacimiento
Optimismo es no anclarse
Optimismo es no culpar
Optimismo es un espacio mínimo entre las uñas
Optimismo no agarra: suavea

La canción del optimista debería estar el sol mayor

Cuentan las aves que en el amanecer,
todas las flores tienen gotas de optimismo en sus bordes
y que en ese rocío, por las mañanas
las gotas caen solas a la tierra
procurando un suelo más fértil
y nadie la obliga a caer ni estar ahí,
ellas simplemente se van
y nutre distinta su agua al de la lluvia

Cuentan las aves que en el amanecer
todas las flores tienen gotas de optimismo en sus bordes
que hay que dejarlas ceder
que no se deben interceptar

Cuentan las aves que en el amanecer
todas las flores tienen gotas de optimismo en sus bordes

domingo, 12 de mayo de 2013

Yo tuve suerte

Yo tuve suerte de nacer donde al amor vibraba y no se estaba quieto,
 tuve la suerte de caer donde la risa siempre regaba mis pies... 

y crecí donde la confianza era un árbol donde colgar mis sueños; 

donde la luna era la punta de unos dedos con lo que me enseñaste ver... 
y no recuerdo lanzarme al aire sin tus manos... 

elevando más lejos... tanto que ya no se volver

y siempre en la grieta, siempre sonrisa arriba
siempre apoyando y no importa si entendías

siempre diciembre que al amor es lo que vive, entre el mezlcarse de otra piel

que lo importante es lo que vibra a tu lado, me lo enseñabas cuando venías cansado,
cuando con tu guitarra anunciabas aquél tango de Gardel,

hijo si tienes un sueño: Sólo has de buscarle un sitio... 

Nos enseñaron a perseguir el éxito



Nos enseñaron a tener éxito, a perseguirlo, a domarlo... Pero no nos enseñaron a compartirlo, a disfrutarlo...

Nos enseñaron a perseguir.

Y en esas andamos, fijos, inmutables, con la mirada atenta a que suceda todo aquello. Ajenos a lo que vibra cercano. 


Y así vivimos, persiguiendo al éxito... Como si su naturelaza fuera esquiva, como si el corazón de tal empresa estuviese hecho del material impalpable del que están hechas las nubes.

Inalcanzable, corriendo cada vez más rápido, alargando cada vez más las manos, sin importar si hay un corazón latiendo detrás. Velocistas, sin mediar la voracidad de nuestras zancadas ni la huella que en camino se va dibujando.

Nos enseñaron perseguir el éxito. Como si su naturaleza fuese esquiva. Como si tal hazaña fuese similar a la de coger aire con las manos. Y nosotros, hambrientos como un lobo previo al ataque de su presa, miramos la semilla y cantamos en imperativo “¡Crece! ¡Crece, maldita semilla! ¡Crece ya!

Pero no es lo mismo crecer que hacerse grande.

Crecer es bailar una danza sincrónica, es la historia de amor de un punto que se hizo estrella.

Crecer es sentir que el mundo te abraza, te acoge. Crecer es ser capaz de dar. 


Y engrandecerse, es sólo una apariencia, una infantil manera del decirse presente, de convencerse absoluto. Pero es sólo eso. Una mueca desfigurada y gorda que presume ser lo que no es, y que lo hace quizás para dejar de oir los gritos hirientes de su asustado amo.

Y en eso andamos, sentados en la orilla de la vida, mirando la tez cristalina del agua que transita frente a nosotros como un manto y cuya belleza nada parece contarnos. No nos basta con ver le belleza, necesitamos conversarla, tenerla. 



El río, la vida... solo parece tener sentido si lanzamos un anzuelo y de él algo sacamos.

Porque nos enseñaron a perseguir el éxito, a buscarlo. Y en eso nos pasamos la vida: buscándolo, buscándolo...

Como quien busca obsesionado la fotocopia del amor que su cabeza le dice que es amor, mientras mil bocas disponibles brotan a su vera. 


Y así estamos sentados frente a la orilla de la vida, sentados frente a un río del que parece que sólo es útil si de él algo saco a cambio. Como el pescador que lanza su anzuelo añorando una recompensa detrás. 


Pero cada vez que lanzamos un anzuelo a ese rio
un amigo se desvance,
hay una semilla que no crece
por miedo a morirse de frío

Cada vez que lanzamos un anzuelo a ese río
un amanecer pierde su trazo
un hijo llora un abrazo
un amor queda vacío

Cada vez que lanzamos un anzuelo a ese río
los ojos se hacen más pequeños
pues solo buscan allá en lo lejos
caminos que le llenen de gloria

Y vive al final siempre buscando
siempre el anhelo en su rutina
siempre el quijote soñando

Y quizás comprenda algún día
que la flor de la vida
no se grita, ni se obliga
no se busca, ni se descuida

Pues el mayor éxito en la vida
que dejar de buscarlo.