Yo tuve suerte de nacer donde al amor vibraba y no se estaba quieto,
tuve la suerte de caer donde la risa siempre regaba mis pies...
y crecí donde la confianza era un árbol donde colgar mis sueños;
donde la luna era la punta de unos dedos con lo que me enseñaste ver...
y no recuerdo lanzarme al aire sin tus manos...
elevando más lejos... tanto que ya no se volver
y siempre en la grieta, siempre sonrisa arriba
siempre apoyando y no importa si entendías
siempre diciembre que al amor es lo que vive, entre el mezlcarse de otra piel
que lo importante es lo que vibra a tu lado, me lo enseñabas cuando venías cansado,
cuando con tu guitarra anunciabas aquél tango de Gardel,
hijo si tienes un sueño: Sólo has de buscarle un sitio...