martes, 28 de abril de 2015

¿Artistas o Proyectistas? Hacia dónde mira el arte.

Hace tiempo que venimos pensando lo importante que comienza a ser el empezar a nombrar de maneras distintas las prácticas y expresiones creativas con las que nos topamos diariamente. Lo sentimos así porque las manifestaciones que nos encontramos, en esencia, no imprimen en nosotros lo mismo. 

Llamaremos proyectistas a aquellos creadores que hacen una obra cuyo contenido estético la sociedad necesita para continuar con su red de creencias. Llamaremos artistas a aquellos creadores cuya obra rompe y deslegitimiza el proceso de normalidad establecido.

El proyectista canta, pinta, escribe, expresa...  su resultado hace que los escuchas ratifiquen lo que conocen, revivan lo olvidado y proyecten lo deseado. Pero todo desde un hálito de normalidad y comprensión.

El artista, sin embargo, no busca en su obra que el escucha comprenda y ubique lo que expresó. No busca finales conocidos ni ecográficos, ni tampoco procesos comprensibles. Su deseo es escapar de lo racional, de lo narrable. 



El proyectista hace que uno vea una película y sepa de antemano cómo va a acabar. Necesita conocer el final y si el final no es como al él le gusta, simplemente dice que no es bueno. Lo mismo pasa con las canciones, la danza, la pintura... Si una canción no habla de algo que necesito escuchar, de algo que conozco o no termina haciéndome rebotar en una emoción conocida. Entonces es malo. 





Precisamente por es lo llamamos proyectistas. Porque 
PROYECTAN lo que la sociedad necesita para seguir afianzándose en sus creencias posibilitadoras o carentes. 

El artista sin embargo, no esta al servicio de que debe suceder. No esta a merced de lo que se espera. Esta al servicio de una mirada singular e individual. De la génesis de un puente que salte de este mundo a uno que todavía no existe. Imprimiendo así su ser en la obra, manifestando así como el ser humano es un puente entre lo conocido, lo seguro y el devenir de un futuro desconcertante, que como decía Nietzsche " se aproxima con pasos de paloma". Nos muestra la entraña humana. Al sentir su obra el espectador queda lleno de preguntas. Envuelto de una emoción inefable. ¡Es eso! nos decimos. La magia de la obra de arte es el provocarnos acontecimientos que nos separen de nuestro mundo cotidiano. Que nos aleje de la imagen que tenemos de nosotros mismos.  Una ruptura con el lenguaje que no pretenda explicarlo y comprenderlo todo. 

El proyectista proyectaMuestra lo que sociedad necesita para seguir sintiendo lo que siente. El Artista provoca estados de mutismo y asombro. Estados de quietud del alma que nos deja envueltos en una atmósfera de sensaciones que no pueden ser clasificadas ni enunciadas. Nos deja llenos de preguntas que no pueden ser respondidas.

Los niños hacen eso ¿Lo sabían? Ven los mismos episodios de dibujos. Siempre es el mismo episodio. Lo único que cambia es el "cómo". Pero al final del capítulo siempre pasa lo mismo. 

Ver una película y necesitar que el bueno gane. Escuchar una canción que me lleve a un puerto conocido. Bailar para decir algo. Hacer una escultura que represente la solidaridad (es decir, un concepto construido). Terminar un libro y que no me deje en la deriva. 

¿Cómo saber si estamos frente a un artista o un proyectista? 

Fácil. Si tras la experiencia de sentir su expresión terminas juzgando, usando palabras pare definir lo que te pasó " Es bueno, es malo, es genial, es horrible" Estas frente a una experiencia de proyectismo. La imagen proyectada no se corresponde con lo que deseas

Si tras la experiencia creativa simplemente te quedas callado. Es Arte. 

viernes, 17 de abril de 2015

No te quiero



No te quiero,
pues si digo te quiero siento que te poseo.

No te quiero,
pues al decirlo mi boca se hace comercio
y mis engranajes buscan serios un anclaje en tu cintura.


No te quiero,
pues al decirlo te siento presa
y te observo quieta sin magia alguna.

No te quiero,
pues al decirlo mis colmillos se aceleran
y mis ojos primavera duermen su estación desnuda
y así poco a poco dar paso al invierno desconfiado,
que trate de guardar en un saco bien atado
las flores que hace unos meses me llenaron de sorpresa.

Prefiero mirarte, ver cómo aprendes,
ver como a la tristeza sometes
con un sólo gesto de dulzura.

Ver cómo te inventas, cómo traficas con lo imposible,
como traes al mundo visible realidades antes oscuras.

Prefiero observarte, ver cómo te quieres,
vernos tejer en tu vientre la palabra travesura

Sentir tu dolor cuando el mundo te quiebra
y sentir tu valentía cuando le pides consejo al llanto.

Pero no te quiero,
pues al decirlo siento robarle una estrella al firmamento
me siento un embustero queriendo darle a este sentir un verbo.

Prefiero observarte, sentir que te amo
y que tu me amas de igual manera
sin buscarnos otra meta
que le seguir amándonos.

miércoles, 15 de abril de 2015

Pedirle a mi esencia




Pedirle a mi esencia que no se marche nunca. Que no pierda sus ojos bicheros, su incasable amor por lo irreductible.

Pedirle a mi esencia que vuele alto, que no se quede quieta, que no confunda figura y fondo y siempre, tenga la boca abierta.

Pedirle a mi esencia que no caiga en la trampa del paso perdido, en la miseria de eco insomne, en el reino de las palabras vacías, venidas de personas vacías; personas con ojeras en en alma y el corazón lleno de piedras.


Pedirle a mi esencia que no se rompa nunca, que no se duerma, que no se apague. Pedirle que siempre sienta el amor como ese susurro impronunciable que nos guía en las noches de enlutada locura. Como aquella corriente espontánea que hace torcer la maderita que flotaba huérfana en la cornisa del precipicio de agua y la salvó la mortal caída en el último momento.

¿Te acuerdas alma mía?

Solo quiero pedirte que no te desestimes. Que no caigas en la trampa del mecanismo simplón y no escuches los aullidos que viven donde lo almático se hizo mercado, tierra, pozo y fango.

Solo pedirte que recuerdes abrazarte al menos tres veces al día. Que no caigas en el abandono, como en el abandono cayo aquella relación que todavía hoy pago, que no caigas en desuso, que no te saque las botas, ¡Que nunca aparques el el pintor que llevas dentro! que no caiga fulminado por los colmillos mordientes de un ciudad que decapita, no te detengas así los hombres con corazón de ojera parpadeen de pura lágrima dolida! Porque es solo eso, alma mía, ellos son sólo lágrimas dolidas, testigos de una sonrisa, como tú, que ayer fue esencia, como tú, pero se quedaron dormidas.

Solo pedirte esencia mía que te ames y que escriba solo cuando escribir jugar a darse, y que sonrías, y alumbres y te encuentres con Tata Dios y nada más.

Solo te pido eso esencia mía! Que nadie te quite el amor por tus sueños, que ninguna critica borre la huella que ayer trazaste... y que ningún corazón con miedo... te apague.

lunes, 13 de abril de 2015

¿Para esto nos trajiste madre Tierra? ¿Para esto descendimos Tata Dios?

Cuando el mes se hace desierto y las facturas muerden. Cuando estamos a punto de abandonar un poema porque sólo alimentará nuestras ideas y ensonañaciones. Cuando aceptamos trabajos que años atrás si quiera los hubiéramos pensado, cuando vemos como nuestros títulos universitarios tienen el único uso de decorar nuestro cuarto y agrandar nuestra bocas; mientras paseamos viendo pósters de viajes que jamás podremos hacer, coches que nunca podremos conducir, realidades de las que otros son esclavos-dueños.


Porque como mucho llegaremos a ser eso: A ser esclavos-dueños de círculos de tiempo hechos dinero, conformándonos con migajas al borde de esta autopista muerta. Dueños de una esclavitud, de un préstamo, de una herencia heredada sin alma ni brote. Ahorrando para irnos a ver al mar de vez en cuando, como si vivir fuera un castigo del que podemos salir regalándonos una semana de claridad frente al azul del mar.

Y con todo eso seguimos luchando. Querida esperanza que a veces te tornas en ironía ciega, en chillido adolescente.

Y con eso seguimos luchando, invirtiendo tiempo en pagar nuestra jaula, cada día más bonita, cada día más tecnológica, cada días más nuestra, más alejada de nuestra esencia.

Pagando por nuestra jaula, y lo he dicho bien. Pagando por matar nuestra historia.

Una jaula que cada día tiene unos barrotes mejor decorados, tiene más cantidad de plomo y resulta imposible comenzar a moverla. Una jaula que ya es YO y me abro en adjetivos para presumir de ella. Mientras, la cerradura deja de tener su uso, ya no sirve para entrar o salir, se convierte en un simple mirilla con la ver que realidad que asoma afuera, y ya no la queremos, nos conformamos con fotografiarla y colgarla en nuestra celda. Ahora la cerradura es un chivato de silueta de hembra mordida con la que ver el espectáculo de la vida.

¿Para esto nos trajiste madre Tierra? ¿Para esto descendimos Tata Dios?

¿Para ser esclavos-dueños de las migadas de un corazón que se enfría? ¿Para ser testigos del recuerdo de la brisa marina? ¿Para invertir nuestro hálito en decorar nuestro rincón y hacer de nuestro dolor nativo una jaula divertida?

Y con todo eso seguimos luchando. Decorando bien nuestra jaula, protegiéndola de la vida, de la sorpresa, de los otros

¿Para esto nos trajiste madre Tierra? ¿Para esto descendimos Tata Dios?

domingo, 5 de abril de 2015

De donde yo vengo...



De donde yo vengo
hay aromas que curan heridas
y no hacen falta éxitos ni mentiras
para saber que todo nace y vive en las manos.

De donde yo vengo
la luna es la única envidia
porque guarda noche y día
el latir del corazón humano,

Y cuánto más camino, pienso: 
"Más me voy alejando"

De donde yo vengo
no hay mejor doctor que la luz del día
ni mejor medicina
que una tarde al sol con hermanos.

De donde y voy saliendo
los árboles pintan rojas las alfombras
para darle fiesta a los pájaros

y la penas duermen solas porque todo son abrazos

Y cuanto más camino, pienso: 
"Más me voy alejando"

Y yo supongo que será la anochecida
la que hace que uno cante arriba
como busándole sentido al salto
y debe ser miedo y así lo canto
que ni hechándome esta manta encima
logro calmar el frio del campo